De la serie A la sombra del puerperio
arreglar ese vestido del viernes para el sábado
lograr que no se noten mis tetas enormes
detrás del escote que cosías a mano.
El consuelo de tu palma peinaba hacia atrás
mi cabellera que siempre te gusto rubia:
un color se quita fácil.
Tuve la sensación de que lo podías todo
mi certeza de tu estar al lado
firme puesta en escena de tu voluntad
y la manía de saber.
Los cambios no son siempre para bien
Perdí la sombra que aun en desacuerdo
seguía mi paso
para tomar el atajo que me recupere
antes de la caída o al pie del precipicio
No sé si te entiendo,
ya tampoco me deshago frente a la prueba evidente
de que esta también sos vos.
Leo una y otra vez la obra de Williams
intento dar con la clave que no salvo a Blanche.
Siempre quiero rescatarte
sin apostar al cambio, sin insistir en devolverte
a tu lugar para mi,
hago lo posible por extender el juego
y de regreso,
te miro igual que a mi hijo.
De anverso y de reverso
me he vuelto madre.